Japón firmó una de las actuaciones más memorables de su historia futbolística al remontar un déficit de dos goles para vencer a Brasil 3-2 en el Estadio Ajinomoto, logrando así su primera victoria ante el equipo dirigido por Carlo Ancelotti. El encuentro comenzó con un dominio claro de la selección brasileña, que rápidamente se puso en ventaja. Paulo Henrique abrió el marcador con un gol que llegó tras una buena secuencia de posesión, marcando su primer tanto internacional. Pocos minutos después, Gabriel Martinelli amplió la ventaja con un segundo gol que hacía presagiar un triunfo cómodo para los brasileños, similares a sus anteriores victorias contundentes, como el 5-0 contra Corea del Sur.
Sin embargo, todo cambió en la segunda mitad. Japón salió al campo con una intensidad renovada y supo aprovechar las debilidades defensivas de Brasil. Un error de Fabricio Bruno permitió a Takumi Minamino acercarse al arco y marcar desde corta distancia, reviviendo la esperanza del público local. La dinámica del partido se inclinó aún más cuando Junya Ito realizó un preciso centro que fue cabeceado por Keito Nakamura; el balón desvió en un defensor brasileño antes de entrar en la portería, igualando el marcador.
Un giro inesperado
Brasil pensó que había recuperado la ventaja en el minuto 67 cuando Matheus Cunha anotó, pero el VAR anuló el gol por fuera de juego. Este fallo resultó ser crucial. Apenas unos momentos después, Ayase Ueda se elevó en un córner ejecutado por Ito y conectó un cabezazo que superó al arquero Hugo Souza, poniendo a Japón por delante por primera vez en el partido. Rodrygo, quien ingresó en la segunda mitad y completó cuatro dribles durante sus 33 minutos en el campo, fue uno de los pocos jugadores destacados del equipo brasileño. En contraste, Vinícius Jr., quien realizó 22 pases precisos y tuvo tres contribuciones defensivas, no logró encontrar su mejor forma durante los 57 minutos que estuvo en juego.
Defensa sólida y victoria merecida
A pesar de la presión final ejercida por Brasil en busca del empate, la defensa japonesa se mantuvo firme y logró sellar una victoria dramática y merecida. Al final del encuentro, Japón acumuló 2.49 goles esperados (xG) frente a solo 0.61 de Brasil, lo que subraya su efectividad ofensiva y su capacidad para capitalizar errores rivales. Esta victoria no solo es histórica por ser la primera ante Brasil, sino que también marca un punto de inflexión para el fútbol japonés en el escenario internacional.
¿Podrá Japón continuar este impulso positivo en sus próximas competiciones? La afición espera ansiosa ver cómo se desarrollará esta nueva era para su selección nacional.
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