El Real Madrid cierra el año 2025 con una certeza deportiva, pero también con una interrogante táctica que persiste. A medida que el club se adentra en 2026, se hace evidente la necesidad de un verdadero organizador que pueda estructurar las fases de posesión. Según el diario Marca, la dirección del club ha tomado nota de esta carencia y está considerando seriamente reforzar esta área clave.
La estrategia es clara: no se buscará una solución apresurada, sino que se priorizará la claridad en el perfil del jugador deseado. Tras las salidas de leyendas como Luka Modrić y Toni Kroos, el vacío en el centro del campo es inmenso. Aunque se han hecho intentos por cubrir este déficit con los recursos actuales, ninguna solución ha demostrado ser efectiva y duradera hasta ahora.
El desafío de encontrar un creador
Durante el último mercado de verano, el Real Madrid no realizó una búsqueda específica para un organizador puro. En su lugar, se apostó por las capacidades del plantel bajo la dirección de Xabi Alonso. A pesar de contar con jugadores de calidad individual, ninguno ha emergido como el cerebro indiscutible del mediocampo esta temporada.
Pruebas internas sin éxito
En este contexto, varios jugadores han sido evaluados para asumir la función de creación y control del ritmo. El caso de Arda Güler es particularmente interesante; aunque se le ha intentado posicionar más bajo en el campo, su rendimiento ha mostrado limitaciones. Aunque ha sido fundamental en la rotación al haber jugado todos los partidos de la temporada, su tiempo de juego efectivo sigue siendo limitado, lo que indica la necesidad de su desarrollo físico y táctico.
Eduardo Camavinga también se perfila como un posible creador, pero sus constantes movimientos por las bandas han dificultado su consolidación en un rol más definido. Por su parte, Dani Ceballos tiene un perfil organizador ideal sobre el papel, pero sus apariciones han sido limitadas debido a problemas físicos y falta de continuidad en su juego.
Por otro lado, Federico Valverde y Jude Bellingham han sido utilizados en roles más avanzados. Ambos son jugadores con capacidades ofensivas sobresalientes y una proyección única, pero aún les falta esa capacidad para regular el tempo desde el corazón del campo como lo hacía Kroos. Su ADN es más vertical y físico que el de un gestor tradicional.
Una estrategia prudente para el futuro
Dada esta compleja situación, la dirección deportiva del Real Madrid evalúa sus opciones con cautela. No hay intención de realizar movimientos apresurados durante el mercado invernal; más bien, se busca identificar un perfil que se alinee perfectamente con las exigencias tácticas de Xabi Alonso. Hasta ahora, no hay movimientos previstos para enero, y la atención está enfocada en las conclusiones tácticas que surjan tras la primera parte de la temporada.
Así, el Real Madrid concluye 2025 con una reflexión abierta sobre su mediocampo. Con miras a 2026, buscará una solución sostenible que logre equilibrar creatividad, estructura y regularidad en esa zona vital del campo.


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