La reciente derrota del Real Madrid frente al Manchester City ha intensificado una crisis que parecía inminente. Los hombres de Xabi Alonso, que habían llegado a este encuentro con la esperanza de redimirse tras las dudas en La Liga, se encuentran ahora en una situación crítica. La caída ante el equipo de Guardiola no solo ha dejado a los merengues en una posición comprometida en la fase de grupos de la Champions League, sino que también ha puesto en evidencia las fragilidades de un equipo que, a pesar de estar en el top 8 europeo, arrastra un alarmante historial reciente. Con solo dos victorias en los últimos ocho partidos, el Madrid se enfrenta a un panorama sombrío antes de sus cruciales encuentros contra el Mónaco y el Benfica.
La derrota ante el City, sumada a un desempeño inconsistente en La Liga, ha generado un clima de preocupación palpable entre los aficionados y analistas. A pesar de haber logrado una victoria esperanzadora en San Mamés, este triunfo parece haber sido solo un respiro temporal. Desde el Clásico, donde se produjo el polémico cambio de Vinícius Júnior, el equipo ha sufrido una serie de resultados decepcionantes que han afectado su moral y cohesión.
Un Santiago Bernabéu inquietante
El regreso al Santiago Bernabéu, tras semanas de incertidumbre debido a eventos externos como la NFL, debía ser un momento de reconexión con su afición. Sin embargo, lo que se ha visto es un estadio que se ha convertido en un escenario de desilusión. En sus dos últimos partidos como local, el Madrid ha caído ante el Celta y ahora ante el City, lo que marca una ruptura con los estándares históricos del club. En la temporada pasada, la primera derrota en casa no llegó hasta marzo; este año ya han igualado el triste récord de tres derrotas en casa que habían tenido en 2019.
El desafío para Xabi Alonso
Xabi Alonso enfrenta una tarea monumental al intentar revertir esta tendencia negativa. Si bien su equipo mostró mejoras en ciertos aspectos tácticos comparado con su actuación ante el Celta, esta evolución no oculta una erosión preocupante en su estilo de juego. Las lesiones han limitado significativamente sus opciones y han contribuido a un ambiente tenso dentro del vestuario. Aunque los jugadores siguen apoyando a su entrenador, la dinámica grupal se encuentra al borde del abismo.
A medida que se acercan los tres partidos finales del año, cada uno se convierte en una final para los merengues. Una serie de victorias podría ofrecer un respiro necesario y estabilizar el entorno; sin embargo, nuevas caídas podrían arrastrar al club hacia una crisis aún más profunda. La realidad es clara: el Real Madrid debe mejorar urgentemente si desea evitar caer aún más en esta espiral negativa.
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