En San Mamés, el Real Madrid ha recuperado una solidez defensiva que había estado ausente en sus últimos encuentros. Los regresos simultáneos de Antonio Rüdiger y Éder Militão han permitido a Xabi Alonso establecer una estructura robusta en la zaga.
El equipo llegó a Bilbao con la necesidad de corregir los errores defensivos que habían marcado sus actuaciones recientes. Con Rüdiger y Militão finalmente disponibles, el rostro del Real Madrid se transformó. Desde los primeros compases del partido, ambos centrales impusieron su autoridad, frenando las transiciones del Athletic Club y permitiendo que el bloque madridista avanzara con confianza. La química entre ellos, previamente interrumpida por lesiones, se hizo evidente rápidamente: Militão, con su velocidad y lectura del juego, complementaba a Rüdiger, quien dominaba los duelos físicos y la gestión de atacantes potentes.
Impacto en el juego
Los números reflejan su impacto en el terreno de juego. Según un análisis de AS, Militão fue el tercer jugador del Madrid con más intervenciones (76), solo superado por Carreras y Tchouaméni, lo que demuestra su constante actividad. Por su parte, Rüdiger terminó con 75 intervenciones y una precisión pasadora impresionante: completó 64 de 67 (95,5%). Militão también brilló en este aspecto, logrando un 53 de 56 (94,6%). Esta limpieza técnica fue crucial para salir de la presión intensa ejercida por el Athletic. Además, ambos defensores generaron ocasiones de gol y mostraron una autoridad notable en el área, recordando sus mejores temporadas.
La fortaleza bajo los palos
La actuación defensiva también fue respaldada por Thibaut Courtois, quien realizó tres paradas clave durante el encuentro. Su intervención más destacada fue una espectacular mano ante Guruzeta y otra crucial frente a Jauregizar. La conexión entre el guardameta y los dos centrales permitió al Real Madrid resistir los embates del Athletic sin perder la compostura. Para un club que había sufrido defensivamente en las últimas semanas, este partido representa un punto de inflexión, culminando en una portería a cero.
Este renacer defensivo envía un mensaje claro a Dean Huijsen y Asencio: con el nivel mostrado por Militão y Rüdiger, hacerse un hueco en el once titular se vuelve casi inalcanzable. Huijsen, quien llegó con la intención de consolidarse como joven promesa, está aprendiendo lo difícil que es competir al más alto nivel en el Real Madrid. Ambos defensores han regresado antes de lo esperado de sus lesiones y han recordado lo que significa ser titulares en un club que aspira a todo. A medida que los automatismos vuelven a establecerse, el Real Madrid se reconstruye como una fortaleza defensiva y la competencia interna se intensifica.


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