El Real Madrid femenino se encontró en una situación ideal para sellar su clasificación directa a los cuartos de final de la Ligaref=»/competition/champions-league/»>Liga de Campeones, pero la realidad fue muy diferente. En un encuentro crucial contra el Twente, ya eliminado, las Merengues no lograron aprovechar su oportunidad y terminaron empatando, lo que las obliga a enfrentar un complicado playoff ante el Paris FC.
Desde el inicio del partido, todo parecía favorecer a las españolas. Con un rival sin presión y la noticia de que el Manchester United estaba haciendo su parte al vencer a la Juventus, la Casa Blanca estaba lista para dar un paso decisivo. Sin embargo, el primer aviso llegó temprano cuando Däbritz pensó haber anotado, solo para ver su gol anulado por el VAR debido a un fuera de juego de Redondo. A partir de ahí, el Real Madrid trató de imponer su ritmo, con Linda Caicedo y Yasmim Ribeiro destacándose en sus respectivas posiciones. A pesar de generar múltiples oportunidades, como un disparo desviado de Linda y un intento de Feller que fue detenido por Lemey, la efectividad fue la gran ausente en la primera mitad.
Una segunda mitad desafiante
El segundo tiempo trajo consigo un cambio drástico. En una jugada sencilla, Tuin desbordó por la izquierda y envió un centro preciso que Ravensbergen convirtió en gol con un cabezazo entre Méndez y Rocío. Este tanto fue un golpe duro para el equipo español, que vio cómo su sueño de avanzar directamente a la siguiente fase comenzaba a desmoronarse, a pesar de las buenas noticias desde Inglaterra. A partir de ese momento, el Real Madrid intensificó sus esfuerzos, aunque con cierta precipitación. Weir tuvo una buena oportunidad a balón parado, mientras que Däbritz impactó el travesaño; Athenea también mostró su capacidad ofensiva.
Un final agónico
Las ocasiones se sucedieron, pero la falta de precisión en los últimos toques se hizo evidente. A medida que avanzaba el tiempo, la tensión aumentaba y la sensación de que esta oportunidad única se estaba escurriendo entre los dedos se hacía palpable. A pesar de los cambios ofensivos realizados por Pau Quesada y una presión constante en los instantes finales del encuentro, los intentos del Real Madrid chocaron repetidamente con Lemey o carecieron de precisión.
Finalmente, en los últimos minutos del partido, Däbritz logró igualar el marcador y salvó el honor del equipo; sin embargo, esto no fue suficiente para evitar un resultado decepcionante. Ahora, las Merengues deberán enfrentarse al Paris FC en los playoffs, una situación mucho más complicada que si hubieran conseguido una victoria en los Países Bajos. Un simple cabezazo ha transformado lo que podría haber sido una clasificación directa en un camino lleno de obstáculos. En la Liga de Campeones, cada error se paga caro.


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