El Real Madrid llega a Grecia con una presión palpable, una sensación que no se experimentaba desde los tiempos de Xabi Alonso. Este miércoles, en el marco de la quinta jornada de la fase de grupos de la Ligaref=»/competition/champions-league/»>Liga de Campeones, los campeones de España se enfrentarán al Olympiakos en un ambiente que promete ser hostil y desafiante.
Tras un inicio de temporada prometedor, la máquina ganadora del Madrid ha sufrido un frenazo alarmante. Un empate en Vallecas antes del parón, seguido de una derrota ajustada ante el Liverpool en Anfield (1-0) y un inesperado empate contra el recién ascendido Elche (2-2) han dejado al equipo sin victorias en sus últimos tres partidos. Este es el primer verdadero examen de carácter para los Merengues, que no solo buscan puntos, sino también recuperar la confianza y la estabilidad institucional.
Una prueba psicológica en el Karaiskakis
El encuentro se presenta como una final para el Olympiakos, dirigido por José Luis Mendilibar, un entrenador que conoce bien las debilidades del Real Madrid. El estadio Karaiskakis es conocido por su atmósfera intensa, donde los aficionados locales convierten cada partido europeo en una experiencia infernal para los visitantes. Para el Madrid, ganar es crucial no solo para evitar caer en una crisis abierta, sino también para asegurar su posición en la fase final de la competición. En este nuevo formato de la Champions, cada punto cuenta y una victoria podría ser vital para evitar los temidos playoffs de febrero.
Recuperar la solidez defensiva
Aparte del aspecto anímico, es fundamental que el equipo recupere su fortaleza defensiva, que ha sido un sello distintivo bajo la dirección de Xabi Alonso. La reciente fragilidad se ha evidenciado al conceder dos goles ante un equipo como Elche y al no lograr mantener la portería a cero en Vallecas. Las distancias entre líneas se han ampliado y la concentración ha fallado en momentos críticos. La vuelta de Dean Huijsen, quien anotó el fin de semana pasado, podría aportar opciones adicionales, pero es necesario reestructurar toda la defensa para aspirar a un clean sheet en Grecia.
Las ausencias de figuras clave como Antonio Rüdiger y David Alaba son preocupantes, pero no son excusas suficientes. El equipo ha mostrado falta de agresividad en los duelos y pasividad durante las transiciones defensivas. Ante un Olympiakos que jugará con el corazón y el apoyo incondicional de su afición, cualquier error podría resultar fatal.
Xabi Alonso espera una respuesta colectiva contundente. Sus jugadores deben demostrar que son capaces de resistir ante la adversidad y cerrar filas cuando las circunstancias se complican. En el aspecto ofensivo, las estrellas del equipo deben despertar. Kylian Mbappé ha vuelto tras su lesión, pero el ataque merengue ha carecido de incisividad y efectividad en los últimos encuentros. Junto a él, Vinícius Jr. y Jude Bellingham deben asumir responsabilidades para elevar al equipo y silenciar las críticas que comienzan a surgir.
Una victoria convincente frente al Olympiakos no solo es necesaria; es esencial para transformar esta racha negativa en un simple tropiezo y relanzar una temporada que comienza a complicarse peligrosamente.


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