Las recientes victorias del Real Madrid ante Alavés y Talavera han proporcionado un respiro momentáneo a Xabi Alonso, pero el ambiente en el club sigue cargado de incertidumbres. A pesar de estos triunfos, la percepción interna es que se trata de resultados necesarios, pero no suficientes para revertir una tendencia preocupante. El juego del equipo no muestra signos de evolución, y la falta de una identidad clara es cada vez más evidente.
El próximo encuentro contra el Sevilla FC se presenta como un nuevo examen crucial para el técnico vasco. Incluso si logra la victoria, no hay garantías de que su posición se fortalezca. La presión sobre Alonso es palpable; los rumores indican que la directiva está contemplando una nueva evaluación tras este partido en Valdebebas. La situación se complica aún más con la Supercopa de España a la vista, donde posibles enfrentamientos contra el Atlético de Madrid y el FC Barcelona se vislumbran como auténticas pruebas de fuego.
Un proyecto sin rumbo definido
A pesar de que la actitud y el compromiso del plantel parecen haber mejorado, con un esfuerzo colectivo más visible, persiste la inquietud sobre el “plan Xabi”. El Real Madrid ha estado navegando en un mar de incertidumbre, a menudo dependiendo del talento individual para salir adelante. La victoria frente a Talavera es un claro ejemplo; sin la intervención decisiva de Lunin en los minutos finales, el resultado podría haber sido muy diferente y las críticas hacia el cuerpo técnico habrían aumentado considerablemente.
Xabi Alonso: ¿Un entrenador en apuros?
En los pasillos del Santiago Bernabéu, muchos coinciden en que Xabi Alonso ya no es el mismo entrenador que llegó al club con ideas frescas y una visión clara. Ahora, su imagen es la de un técnico que parece estar constantemente al borde del abismo, más enfocado en manejar las dinámicas del vestuario que en establecer un marco competitivo sólido. Algunos directivos sienten que el club ya ha cambiado de entrenador sin haberlo hecho oficialmente, lo que refleja una pérdida de confianza y autoridad.
La situación en La Liga no es alentadora; el equipo ha dejado escapar puntos valiosos y se encuentra a distancia considerable del líder. Más allá del aspecto numérico, lo que realmente preocupa es la fragilidad mental y colectiva que se ha instaurado entre los jugadores. Cada partido se convierte en un veredicto potencial, donde cada error podría acercar al equipo a un desenlace irreversible. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si Xabi Alonso puede recuperar el control y proporcionar una dirección clara al equipo.
Por ahora, Xabi Alonso sigue al mando, pero su futuro pende de un hilo.
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