
El Real Madrid sale reforzado de la jornada 8 de La Liga tras el empate del Atlético de Madrid contra el Celta de Vigo, un resultado que beneficia a los blancos en la clasificación.
El encuentro en Balaídos concluyó con un empate 1-1, dejando al Atlético con un sabor amargo después de haber tomado la delantera en los primeros minutos. Un desafortunado autogol de Carl Starfelt, tras un centro de Pablo Barrios que no encontró rematador, puso a los rojiblancos por delante.
La expulsión que cambió el juego
Sin embargo, el partido dio un giro inesperado cuando Clément Lenglet fue expulsado por doble amarilla tras una falta sobre Ferran Jutglà. Esta inferioridad numérica obligó al equipo de Diego Pablo Simeone a replegarse, adoptando un bloque bajo que ya no es tan sólido como en sus mejores tiempos.
A pesar de la desventaja, el Celta no se rindió y aprovechó su oportunidad en el segundo tiempo. Un centro desde la derecha de Óscar Mingueza, cabeceado por Borja Iglesias, fue desviado por Jan Oblak, permitiendo al equipo gallego igualar el marcador.
Impacto en la clasificación
Este resultado deja al Atlético de Madrid, que había vencido al Real Madrid la semana anterior, nuevamente distanciado de los blancos. El empate en Vigo representa una oportunidad perdida para acercarse a la cima, consolidando así al equipo merengue como líder más sólido.
A medida que avanza la temporada, cada punto cuenta y este tropiezo podría ser crucial en la lucha por el título. El Real Madrid, mientras tanto, observa desde lo alto, beneficiándose indirectamente del resultado en Balaídos.